Las Ocho Casas – BaGong

Como menciono en mi reseña a la edición de ed. Sudamericana de la traducción Vogelmann/Wilhelm, al final del libro se encuentra un apéndice, "Los signos ordenados por casas", sin explicación alguna de su significado. Bueno, aquí hago una reseña del material que logré encontrar sobre el tema.

El nombre chino de este sistema es 八 宮, ba gong, que significa "ocho palacios" u "ocho casas" (ba = ocho; gong = palacio). Cada palacio tiene como regente a uno de los 8 hexagramas puros (formado por dos trigramas iguales), es decir los hexagramas 1, 2, 29, 30, 57, 58, 51 y 53, los cuales se llaman la "generación superior". Los 7 hexagramas restantes de cada grupo se derivan de ese hexagrama.

Esta distribución de los hexagramas se atribuye a un tal Jing Fang, que vivió en China durante la dinastía Han; pero la historia registra dos diferentes Jing Fang, ambos vivieron en el siglo I a.C.; ignoramos cual de ellos diseñó esta distribución

Por ejemplo, si tomamos el hexagrama 1, QUIAN, podemos construir la casa o palacio de QIAN, cuando la primera línea (inferior) de QIAN cambia, se convierte en "la primera generación". Cuando la primera y la segunda línea cambian, se convierte en "la segunda generación". Cuando cambian las líneas 1ª, 2ª y 3ª, se convierte en "la 3ª generación", y así sucesivamente, hasta "la 5ª generación". Luego la cuarta línea del hexagrama de la quinta generación cambia y se convierte en 'el alma errante'. Cuando todas las líneas del trigrama inferior del hexagrama del alma errante cambian, se convierte en 'el alma que regresa'). Si las seis líneas cambiaran, QIAN se convertiría en KUN, , que es uno de los hexagramas puros que encabezan su propio grupo o palacio.

La gen. superior

1

La primera generación

44

La segunda generación

33

La tercera generación

12

La cuarta generación

20

La quinta generación

23

El alma errante

35

El alma que regresa

14

En la imagen inferior se pueden ver los ocho palacios o casas, cada casa en una fila. Los nombres chinos en la columna de la izquierda muestran los caracteres de los 8 trigramas del YiJing seguidos de , es decir "palacio". Como es una imagen grande, sería mejor verla en una computadora, no un teléfono.

Si miramos con atención la imagen superior veremos que las líneas de la tabla, contando de arriba hacia abajo, muestran primero al padre, QUIAN, seguido de sus tres hijos, primero el mayor, ZHEN, luego el del medio, KAN, y finalmente el menor, GEN. Después siguen la madre, KUN, y las tres hijas, también repartidas de mayor a menor: XUN, LI y DUI.

Lamentablemente, no llegó a nosotros ninguna explicación, de parte de Jing Fang, sobre el sentido de su distribución de los hexagramas.

Los nombres de los seis primeros hexagramas, de izquierda a derecha, es decir desde la generación superior hasta la quinta generación parecen seguir un orden lógico, pero los nombres de los dos hexagramas restantes son misteriosos. El séptimo se llama "alma errante", 遊魂, you hun, y el octavo "el alma que regresa", gui hun, 歸魂.

El alma errante

El Gran Tratado, Capítulo IV, § 2, dice (trad. Wilhelm/Vogelmann, p. 381-382):

§ 2. Al contemplar con su ayuda, inteligentemente, dirigiendo la mirada hacia arriba, los signos del cielo, y dirigiendo la mirada hacia abajo, los lineamientos de la tierra, se reconocen las relaciones de lo oscuro y lo claro. Retrocediendo hacia los comienzos y siguiendo el curso de las cosas hasta su fin, se conocen las enseñanzas de nacimiento y muerte. La unión de simiente y fuerza efectúa las cosas; la evasión del alma obra la modificación; gracias a ello se reconocen los estados o condiciones de los espíritus salientes y retornantes.

Comentario de Wilhelm:

El Libro de las Mutaciones se fundamenta en los dos principios básicos de lo luminoso y lo oscuro. Con estos elementos se construyen los signos o hexagramas. Los trazos individuales o bien se hallan quietos o bien están en movimiento. Al hallarse quietos (se trata de las líneas representadas mediante la cifra 7 = firme y 8 = blando), van edificando determinados hexagramas. Al moverse (es el caso en que las líneas se representan mediante el guarismo 9 = firme y 6 = blando), disuelven nuevamente el hexagrama y lo transmutan en otro. Son estos procesos, pues, los que abren la visión hacia los misterios de la vida.

Cuando se aplican estos principios a los signos que aparecen en el cielo (sol = luminoso, luna = oscuro) y a los lineamientos que rigen sobre la tierra (las direcciones cardinales), se reconocen las condiciones de lo oscuro y de lo claro, esto es, las leyes en que se basan el transcurso de las estaciones y sus cambios y que condicionan el surgimiento y el retroceso de la fuerza vital vegetativa. De este modo, mediante la observación de los comienzos y los puntos finales de la vida, se llega al conocimiento de que nacimiento y muerte no constituyen otra cosa sino un único transcurso cíclico. El nacimiento es el surgir al mundo de la visibilidad, la muerte es el retorno a las regiones de lo invisible. Ninguno de los dos estados implica un comienzo absoluto o un fin absoluto, exactamente como sucede con los fenómenos del año en el caso de sus cambios. No es otra cosa lo que acontece con los seres humanos. Así como las líneas constantes edifican los hexagramas y, cuando entran en movimiento, originan una modificación, así la existencia corporal se construye mediante la unión de fluidos vitales “salientes” de la simiente (masculina) y de la fuerza (femenina). Esta existencia corporal es relativamente constante en tanto las fuerzas constructoras se encuentran en el estado de reposo del equilibrio. No bien entran en movimiento, se inicia la demolición. Lo anímico escapa —lo anímico superior asciende hacia lo alto, lo anímico inferior desciende hacia la tierra—; el cuerpo se disuelve. Las energías espirituales que efectúan la edificación y la demolición de la existencia visible corresponden asimismo o bien al principio luminoso, o bien al principio oscuro. Los espíritus luminosos (shen) salen; éstos son los factores operantes que también pueden asumir nuevas encarnaciones; los espíritus oscuros (kuei) retornan a su origen; éstos son los factores que se retraen y que, en primer término, elaboran el resultado de la vida. En esta concepción de los espíritus retornantes y salientes no radica en modo alguno una idea acerca de seres buenos y malignos, sino que ella implica tan sólo la diferencia de los sustratos de la vitalidad que se distiende o se contrae. Son estados de cambio en el gran océano de la vida.

Lo que Wilhelm llama la "evasión del alma", Chung Wu (The Essentials of the Yi Jing) lo llama "the wandering soul" (el alma errante) y Rutt (The Book of Changes (ZhouYi). A Bronze Age Document) lo llama "the soul that departs in alternation" (el alma que parte en alternancia).

Los comentarios de Wilhelm parecen indicar que esto se refiere a la reencarnación de los espíritus.

Chung Wu lo expresa así (p. 9, traducción propia):

Descubre que la esencia y el vapor (qi) son las sustancias, y el alma errante (遊魂, you hun) realiza los cambios, de modo que comprende la naturaleza del gui shen.

Gui: espíritu de una persona muerta, no necesariamente malo, dañino.

Shen: un dios a un buen espíritu.

Y Rutt lo da a entender de esta forma (p. 411, traducción propia):

Así, conoce las causas de la oscuridad y de la luz, los orígenes y los fines; comprende el significado del nacimiento y de la muerte, cómo la forma y la esencia se fusionan en una entidad, perdurando hasta que el alma parte en alternancia.

Por último, abajo mostramos una imagen que muestra los 64 hexagramas divididos en 8 casas, tomada de la p. 80 de "The Inner Structure of the I Ching". Esta imagen muestra los nombres de los trigramas siguiendo a la edición alemana de la traducción de Wilhelm. La equivalencia entre su romanización y la del sistema PinYin se muestra a continuación: KIÄN=QIAN, KUN=KUN, JEN=ZHEN, SUN=XUN, LI=LI, KAN=KAN, DUI=DIU y GEN=GEN. Los símbolos en color rojo identifican a cada uno de los 8 trigramas, como puede verse en el círculo central.